
Juro que en mis años como músico nunca vi una ridiculez más monumental que esta; nunca vi un estilo tan patético, ni un comportamiento tan retorcido (cuando digo retorcido, créanme, me refiero a algo asqueroso) como éste. Tampoco, según parece, he visto alguna vez un término tan abusado en relación a la música. Tan sólo escriban en LastFm "emo" como tag, y las bandas más inimaginables vendrán en listas más que sospechosas, entre ellas veremos a Keane, Coldplay, Evanescence y hasta Weezer.
Niños, hijos míos, para empezar
emo en su concepto original, si bien fue algo patético, no deseó representar aquello que fuera
emocional,
lloroso, o
asqueroso, sino mas bien era un subgénero de algo que llaman hardcore punk.
Pero ahora,
emo no es aquello que no nos importa en lo absoluto, se ha distanciado tanto de su concepto original que se ha vuelto nuestra peor pesadilla, se ha vuelto algo indigerible, algo negativo, algo asqueroso.
Según parece, la nueva definición de
emo no busca representar la irreverente carencia de talento de la juventud como lo hace el Pop-Punk; lo hace evidentemente, pero su objetivo principal, además del de vender discos, es hacer que cientos de quinceañeras se arrodillen ante hombres que llevan mas maquillaje que ellas mismas, explotando el nuevo concepto de belleza que se ha alzado en la juventud; un movimiento tan vacío que no tiene nada de musical en su transfondo: Al emo, tanto masculino como femenino, no le importa la calidad musical (y lírica) de su música, sino lo atractivos que son los cantantes.

Otros emos masculinos no toman arquetipos tan femeninos, aunque viven lamentandose por razones puramente triviales, sin tomar el problema con sus propias manos, otra de las razones por las cuales este movimiento es mas que asqueroso.
Aún, a ningún emo le gusta la música, según parece, al igual que los hardcore, les gusta únicamente la
idea de la música, es decir, las guitarras, pseudo solos, conciertos, instrumentos, etcétera. Si quieres emociones reales escucha
Warriors of the World United de Manowar.
Emo Philips, a quien hemos dedicado todas estas fotografías puede ser el auténtico representante de toda una subcultura.
La siguiente objeción que haré es que, si bien no es algo tan nuevo, este movimiento últimamente ha preocupado a padres y docentes, llegando hasta la prohibición de atuendos emo en los colegios locales. Mi maestro de matemáticas, sujeto muy inteligente y analítico, nos advierte y concientiza sobre estas aberraciones culturales que amenazan a la juventud, este señor, quien debo mencionar que es probablemente el mejor maestro de matemáticas que he tenido, nos hace ver lo destructivo que es este movimiento, sobre todo en mentes de jóvenes impresionables, haciéndonos también reflexionar sobre las compañías discográficas que trajeron a estas bestias y ahora pretenden hacernos creer que quieren deshacerse de ellas.
Este movimiento representa lo mas vulgar de el pesimismo, morbidez adolescente, problemática juvenil, mediocridad artística, mal gusto y carencia de sentido en general.
Dirán "quiero expresarme", "es mi vida", y sólo escuchar estas objeciones nos dejan ver la carencia de pensamiento de estos jóvenes.